Y tu qué le dirias a Steve Jobs??

A veces cuando se innova, se cometen errores. Es mejor admitirlo rápidamente y continuar con otras innovaciones.

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El siguiente árticulo trata sobre que le diria Steve Jobs a un ingeniero actualmente. Está escrito en forma de narrativa.

El encuentro.

Sebastián Reyes Izquierdo

Luis Armando Viscaino Magdaleno

Daniela Requejo Fernandez

Fernando

Roberto Rodriguez Ramos

Recuerdo ese día porque momentos antes del encuentro lo más interesante en lo que podía pensar era en la cantidad de ceros que podía tener mi cheque. Ese sábado en la mañana marcaba el tercer aniversario de mi entrada a una pequeña compañía que buscaba crear productos pequeños que revolucionaran nuestros pasos. Recuerdo el lugar vívidamente, recuerdo a mi jefe en aquél momento, quien se alojaba solamente a dos metros de mí, y me hubiera saludado con la misma sonrisa de un buen día de trabajo aunque fuese la una de la madrugada, recuerdo el horrible pero de alguna manera encantador café de máquina que todos tomábamos.

Pero sobre todo recuerdo que en ese momento tenía listas mis aplicaciones para un nuevo trabajo, después de todo, ¿a quién le importaba todo eso si no podía comprar un nuevo coche para evitarme el tener que seguir caminando?

Es en este momento en que me gustaría decir que si había una cosa que me molestaba cuando era un joven ingeniero, era tener que caminar bajo una llovizna por ligera que fuese. Yo aceleraba mis pisadas, buscando llegar a una estación de metro cercana, poco a poco, de calle en calle. No obstante, las nubes, siempre tan obstinadas, hacían ademán para que yo me mojara de cualquier forma.

Rendido contra la naturaleza, hice un último esfuerzo por adentrarme en un lugar donde pudiera protegerme contra lo que venía. Una cafetería, pequeña e insolente en medio de una multitud de edificios resulto ser mi compañera en contra de la situación a la que me enfrentaba. La cafetería, siendo más grande por dentro de lo que hubiera parecido originalmente, solamente se veía de mayor tamaño  debido a la falta de gente en su interior. Vacía, salvo la persona que atendía, y un hombre, sus rasgos en ese momento se me hacen difíciles de describir, al igual que su singular presencia, que me apresuraba al momento en que dejaba de ver mis alrededores para enfocarme en el.

La tormenta no cedía, y no hacia ademán de acabar pronto. De tal modo, intente iniciar conversación con el compañero en la cafetería, habiendo ya pedido, en algún punto, un café americano sin azúcar para acompañarme.

Habiendo visto mis aplicaciones de trabajo, el hombre, sin siquiera haber saludado, me comento.

-Está decidido, tú vas a ser el hombre más rico del cementerio.

No podía comprender los motivos de la persona en frente de mí, sin saber quién era, este hombre ya tenía un juicio sobre mí, y uno que estaba dispuesto a cambiar.

-No seré el más rico del cementerio, pero seguro el ingeniero que siempre va a tener trabajo.

Me sentía orgulloso, tome un sorbo de mi café mientras, sin pensarlo, me sentaba frente al hombre.

-Entonces dime, cuantos procesadores idénticos vas a ayudar a diseñar antes de que esa compañía tan “segura” que tú buscas te haga tan obsoleto como los aparatos que hagas serán meses después de que sean lanzados?

Me tomó un segundo procesar lo que esta persona me estaba diciendo. Tome un trago profundo a mi copa antes de contestar.

-Y que

Respondí sin pensarlo dos veces, este hombre definitivamente sabía menos que yo de lo que estaba hablando.

-Tienes razón, y que con eso, finalmente no serás el primero ni el último en salirse

A sabiendas de la respuesta, no pude evitar hacer la pregunta.

-¿En salirse de qué?

Fue en ese momento en el que el hombre, por primera vez durante nuestra conversación, hizo el intento de una sonrisa.

-Salirse cuando las cosas están mal claro. No sabes si mañana vayan a haber despidos, si las ventas no van a ser como esperaban, si un día te va a tocar a ti cerrar tu oficina y dejarla así.

Trate de decir algo, las palabras no fluían, lo deje continuar.

-Te diste, tan siquiera un momento, un murmullo, para pensar en lo que podía significar para ti, para tu experiencia, estar donde estas. Seguro eres de los que piensan que la televisión conspira contra nosotros para llenarnos el cerebro de basura, y las compañías igual. No serás tu el que esta pidiendo esa basura.

Me levanté de la mesa, el cielo había enrojecido momentáneamente, dejándome salir sin mojarme. Sin embargo, no había pasado una calle sin que mi cuerpo por voluntad propia se moviera de regreso al café.

-Que quieres.

Mi pregunta, dicha más en forma de declaración, no tomo al hombre, quien por fin discerní como un hombre canoso y de cuello de tortuga, por sorpresa.

-Mejor dicho, ¿Qué quieres tú?

-Ya me dijiste lo que quiero.

-Entonces, tengo razón al pensar que intentas dejar tu cerebro a un lado, tal vez nunca tuviste ese momento en el que una solución que te pareció de inmensa dificultad se resolvió casi por su cuenta en tu cabeza.

De nuevo, no pude hablar, sabía que el  tenía razón.

-Finalmente yo no tengo nada que decirte, puedes dejar todas tus conexiones creativas de un lado. Yo solamente habló después de todo.

Camino hacia la puerta en un momento eterno. Me senté en esa cafetería por lo que parecieran años antes de levantarme de nuevo.

Ahora, mientras hago mi camino hacia la puerta, me doy cuenta que está lloviendo. Todo es de menor importancia, creo que la oficina está abierta este fin, valdrá la pena reescribir algunos diseños, quizás ese café de máquina me mantenga por la noche, y ahí será buen lugar para dejar mis solicitudes de empleo.

Al mojar mis pies me pregunto si tendré otro momento como este. Otra charla, otra situación. Otro encuentro con Steve Jobs.

Obras Citadas:

Wired. Wired, 01 Feb. 1996. Web. 15 Sept. 2014

“Richest Man in Cemetery.” Complex. N.p., n.d. Web. 17 Sept. 2014.

“I, Steve: Steve Jobs in His Own Words via 200 Quotes.” Brain Pickings RSS. N.p., n.d. Web. 16 Sept. 2014.

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